La Virgen de la Caridad del Cobre y Holguín
En el excelente prólogo al libro de la Dra. Olga Portuondo Zúñiga, “La virgen de le Caridad del Cobre: símbolo de cubanía”, el Dr. Jorge Ibarra llamó la atención sobre el proceso histórico de expansión de su culto.
“La extensión del culto de la virgen a otras regiones del país, ha dicho Ibarra, testimoniaría el lento proceso de insularización, Así en 1717 se construía una ermita dedicada a su culto en Sancti Spíritus; en 1734 se levantaría otra en Puerto Príncipe; en 1747 se erigiría una en Quemado, y en 1831 una en la Iglesia de Guadalupe en la Habana.” Dentro de esta línea, el problema es cuándo tomó fuerza el culto a la virgen de la Caridad del Cobre en Holguín, y quiénes lo expresaban. Este breve artículo tiene el objetivo de llamar la atención sobre esta cuestión para la localidad.
De la organización y actividad de la Iglesia en el territorio holguinero no se tiene noticia directa hasta el año 1692. De los años anteriores sólo podremos suponer.
Entre 1513 y 1540, período de las Encomiendas, la arqueología ha definido restos hasta el momento de nueve probables Encomiendas dentro de los límites de la actual Provincia, ubicadas en Banes, Alcalá, Holguín y Barajagua. En ese tiempo, siguiendo al padre Las Casas, la Virgen María fue el principal centro de la iconografía propagada.
El 4 de abril de 1545 García Holguín antiguo propietario de la Encomienda conocida ahora por El Yayal, obtiene la merced de un Hato e inaugura la posesión bajo la advocación de San Isidoro.
En 1613, siguiendo la historia tradicional, ahora más aclarada luego del estudio de la Dra. Olga Portuondo, los hermanos indios Rodrigo y Juan de Hoyos, junto al niño esclavo criollo Juan Moreno, cuando buscaban sal en las salinas de la Bahía de Nipe, encontraron flotando la imagen de la Virgen de la Caridad.
Primeramente la imagen fue asentada en un bohío en el asiento del Hato de Barajagua, antes de ser trasladada a las minas del Cobre.
Mucho años después de ese acontecimiento, en 1689, el obispo Compostela autorizó la creación de la primera Ermita en el Partido bayamés de Holguín. El 5 de octubre de 1692 se inauguró la ermita bajo la advocación de la Virgen del Rosario, una de las advocaciones marianas, en reconocimiento a María del Rosario de Ávila, esposa de Juan González de Rivera y Oveda, hateros promotores del acontecimiento.
En 1709 la ermita se trasladó del hato de Managuaco, al de Las Cuevas, paraje de Las Guásumas y se transformó en Iglesia en 1712, siendo su primer sacerdote Juan González de Herrera, manteniéndose el culto a la Virgen del Rosario.
Entre 1716 y 1719 se mudó la Iglesia para el viejo bramadero del Hato del 1545, lugar escogido para construir el Pueblo de Holguín. La Iglesia se inauguró el 4 de abril de 1720, bajo las advocaciones de San Isidoro y la Virgen del Rosario.
En 1756 el Obispo Morell de Santa Cruz – el que bien merece un monumento en Holguín --, visitó la ciudad. Su imagen de la Iglesia y el culto fueron las de un local de “veinte varas de largo, siete de ancho y cinco de alto”, mientras el pueblo era: “poco instruido en las verdades eternas”.
Las imágenes de los altares los conocemos por un inventario adjunto al Libro de bautizos de 1775, eran: San José, San Antonio, San Isidoro, Jesús de Nazareno, La Dolorosa, la Virgen del Rosario y San José de Nacianceno.
¿Y la Caridad del Cobre? De esa imagen, que el propio Morell volviera a visitar en 1756 y definiera como “la más milagrosa efigie” de las veneradas en el santuario “más rico, frecuentado y devoto” de la Isla, en el Holguín de entonces, no se tienen noticias de una similar en su templo.
No obstante en sectores del pueblo el culto a la señora de la Caridad se extiende. En el propio año de 1775 uno de los nuevos Hatos ubicado en la zona de Cacocum ya se nombraba “La Caridad”, de Gabriel Batista y Juana Corral. En 1789 Juan José de Proenza, natural de Bayamo y uno de los propietarios de el hato de Almirante, declaró debía una mula a “nuestra señora de la Caridad del Cobre” y una de sus hijas se nombraba María de la Caridad, hecho nada sorprendente si se tiene en cuenta que desde los finales del siglo XVII era presente “la participación de la población de Bayamo en la milagrería” alrededor de la imagen. Debió ser Bayamo, opinamos, el lugar desde donde principalmente irradió el culto a la Caridad del Cobre a Holguín.
El 19 de marzo de 1791 el cabildo reportó la ausencia del Regidor Antonio de Peña “por hallarse de Romería en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.” En ese propio año el Notario hizo constar que Manuel Antonio Calderón declaraba deberle a nuestra Señora de la Caridad del Cobre ocho pesos y a la Merced seis.
Para inicios del siglo XIX en el Hato de Bariay otro paraje recibió la denominación de La Caridad heredado de Francisco Bermúdez.
Fue en una de las primeras décadas del siglo XIX cuando la imagen de La Caridad ocupó un sitial en los altares de la Parroquial Mayor holguinera. Ahora no sabemos la fecha. Sólo el inventario de los años 1862 – 1868 informa que en la nave, a la derecha del altar mayor, existía un altar sencillo con una imagen “de mala escultura y propiedad de la familia Garayalde”
Se conoce por la misma fuente que en 1866 la Iglesia compró en 42 pesos y 50 reales una imagen de la Caridad en Santiago de Cuba y la suponemos reemplazando a la tenida hasta entonces.
¿Por qué razones el fervor popular entorno a esta imagen es tardío en la región holguinera? ¿Por qué la patrona demoró tanto en lograr un lugar en los altares locales?
La respuesta a estas preguntas merecen un estudio que desborda mis posibilidades aunque sospecho alberga razones profundas, vinculadas al proceso de formación de lo cubano en la localidad.
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